Otra de las historias, la protagonizada por mi admirada Jenifer Aniston (Angelina, no te perdonamos) y siempre-pongo-la-misma-cara-para-eso-soy-Ben Affleck (Beth y Neil), aunque a priori podría parecer interesante -¿Quién no ha tenido un novio 7 años que nunca ve el momento de casarse? - al final se queda sin fuelle, o sea plof. Se salva de la quema por el momento final que protagoniza la pareja, que no voy a desvelar, y porque a Jen (la heroína de las planchas del pelo) la salvo siempre.
Jennifer Connelly (Janine) definitivamente ¡Me encanta! Es un poco la Monica Geller del grupo. Ya puede su matrimonio estar yéndose a pique que lo importante es tener la casa bien recogida y ordenada. Pues eso ¡Que me encanta!
Con Scarlett Johansson (Anna) me pasa como con la Conelly pero justo al revés, o sea que no me encanta nada. Sobre todo desde que descubrimos lo antipática que es tras su reciente visita a España para promocionar la última campaña de Mango. Aunque he de reconocer que borda el papel de sexy-bohem-me-ponen-los-casados-y-paso-del-tonto-el-haba-éste ("éste" es el de la foto).
Por último, y tal vez porque finalmente la que menos protagonismo se ha llevado, me dejo a Drew Barrymore (Mary). Y es una pena porque su historia podía haber dado mucho más juego, no en vano aborda las relaciones a través de las nuevas tecnologías (sms, e-mail, Facebook, Myspace,...). Yo aquí metida en un blog... ¡Qué os voy a contar!
En definitiva, la película bien, entretiene, consigue sacar la risa e incluso, a veces, la carcajada. Aunque, con todo y con eso, definitivamente con lo que me quedo es con la estética que presenta, muy Friends, aunque los que estén detrás sean los de Sexo en Nueva York.
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