17 de octubre de 2011

Comida "de bolsa"

La comida "de bote" pasó a la historia. Ahora, lo que se lleva es la comida "de bolsa". La ventaja de esta última  es que estamos hablando de platos más naturales (ni precocinados, ni con demasiados aditivos y conservantes) y, prácticamente, con la misma facilidad de preparación que la otra ¿La conocéis?
Se trata de unos sobres de condimentos (para carne y pescado) que llevan una bolsa especial para su elaboración al horno. Yo he probado los de Mercadona (marca: "Hacendado") y, como muchos de sus productos, bastante buena la relación calidad/precio. 
Os dejo dos recetas de cómo los he preparado.

"POLLO Y VERDURAS A LAS HIERBAS PROVENZALES"
Ingredientes (para 4 personas):
- Un pollo troceado y pelado (también se puede hacer con conejo).
- Una bolsa de verduras braseadas congeladas (pimientos, calabacín, berengena, cebolla...). Si se prefiere, se pueden sustituir por verduras frescas, pero se tardará más tiempo en preparar el plato.
- Dos patatas peladas y troceadas (o en su versión diet, dos manzanas).
- Una cucharada de aceite de oliva.
- Un sobre del condimento "hierbas provenzales" (viene en la caja del producto).
Modo de preparación:
- Introduce en el interior de la bolsa especial (también viene en la caja) todos los ingredientes.
- Cierra la bolsa con la brida y remueve bien todos los ingredientes, como si estuvieras bailando una samba y la bolsa fuera las maracas.
- Una vez tengas al pollo y las verduritas bien mareadas, coloca la bolsa sobre una fuente e introdúcela en el horno, precalentado 15 minutos a máxima potencia.
- Déjalo cocinarse. En las instrucciones viene una tabla de valores para tiempos y grados de cocción, pero más o menos: una hora a 200 ºC.
Como veis, muy fácil y limpio.

Después, lo podéis colocar en una olla y... "Queridos familiares y amigos, me he pasado la mañana entera cocinando para vosotros" ;-)

"MERLUZA EN SU JUGO CON ALMEJAS Y GUISANTES"
Ingredientes (para 4 personas):
- 8 rodajas de medallones de merluza (sin piel).
- 1/2 kg de almejas limpias (media hora antes se ponen en remojo con agua para que suelten la arenilla y las impurezas).
- 1/2 kg de guisantes (frescos, de bote o congelados).
- Un sobre del condimento "pescado en su jugo" (viene en la caja del producto).
- Una cucharada de aceite de oliva y dos cucharadas de agua o vino blanco.
Modo de preparación:
- Introduce en el interior de la bolsa especial (la encontrarás, también, en  la caja) todos los ingredientes.
- Cierra la bolsa con la brida y ¡ni se te ocurra bailar una samba! La merluza es un pescado muy delicado y con un vals todo irá mucho mejor.
- Coloca la bolsa en una fuente e introdúcela en el horno, precalentado 15 minutos a máxima potencia.
- Déjalo cocinarse. Más o menos: 20 minutos a 200 ºC.

La bolsa, al calor del horno, se hincha, y hay que picharla con un palillo para que vaya saliendo el vapor mientras se va cocinando.

Este es el resultado ¡rico, rico y sano!




10 de octubre de 2011

¿Por qué "The Sartorialist" es el mejor blog "Street Style" del mundo?

El ciberespacio está lleno de blogeros del Street Style, todos ellos, ansiosos por ser conocidos y reconocidos, referentes de moda, marcadores de tendencias, cool hunters, it girlspersonal shoppers... y cien mil conceptos más, tan ininteligibles como codiciados en la blogoesfera. Un día, si supero la pereza que me dan, les dedicaré un post más en profundidad, como las "Entrevistas en Profundidad" de El Follonero. Pero, hoy, me detendré únicamente en el mejor blog Street Style del mundo: The Sartorialist
Y ¿Por qué es el mejor? Porque, entre otras cosas, a Scott Shuman (su fotógrafo de cabecera) no se le escapa ni una, y se dedica a disparar con su cámara estilismos que tú te dedicarías, en el mejor de los casos, a mirar con cara de lechuza, y, en el peor, a ir pitando a la primera comisaría a poner una denuncia...


Pero, no nos engañemos, si uno es el mejor bloguero de moda callejera  es porque su ojo clínico, también, ha captado imágenes como estas...
Y, por último, una de mis favoritas.


2 de octubre de 2011

Con uniforme, mejor.

El otro día, iba caminando por la calle y una escena hizo que me detuviera en seco a contemplarla: una venerable ancianita se había quedado encerrada en el balcón y la pobrecilla no podía acceder al interior de su vivienda, seguramente un saloncito decorado con tapetes de ganchillo y flores artificiales, todo ello, a partes iguales. Pero no era eso lo que yo contemplaba... Mi mirada se quedó fijamente clavada en la escena del rescate: dos bomberos trepaban por una escalera firmemente apoyada en la fachada del ruinoso edificio. Y, entonces, lo vi claro: hay personas a las que, definitivamente, su trabajo les favorece. Y en este tema hay consenso, unanimidad, gana el "sí" por aplastante mayoría. Los uniformes que favorecen siempre son los mismos, y los que no, también... Favorece, sin duda, el uniforme de bombero, y no favorece, sin menor duda aún, el de la Guardia Civil; favorece el uniforme de piloto de caza de combate, y no favorece el de instalador del router de Telefónica; favorece el uniforme de neurocirujano (si tiene la cara del Dr. Macizo, más) y no favorece el de celador de un hospital comarcal. La cosas están así, y yo no las he inventado.

En los deportes, el tema está igual. Hay equipaciones que favorecen, y las hay que no: favorece ser jugador de polo (argentino, of course), y no favorece ser jugador de sumo (japonés, of course, too); favorece ser surfista australiano, y no favorece darle al ping pong (ni aún habiéndote proclamado campeón olímpico). Y así tantos y tantos uniformes deportivos que marcan uno u otro destino en las pieles que los habitan (Almodóvar dixit). Pero, antes de finalizar con este sesudo análisis sociológico, una cosa os voy a advertir: llevad mucho, pero que mucho, cuidado en que no os den gato por liebre... Un día estaba yo en Formigal, en la época en la que me iban los deportes aparatosos y, cómo no, me enamoré del monitor de esquí y/o de su uniforme, que tanto monta... Uno de los días del cursillo se dirigió al grupito de amigas babeantes (yo misma, incluida) y, ante nuestra sopresa, dijo:
- Anoche os vi.
- ¿Nos viste?- Contesto A. desconcertada.
- Sí, en El Refugio, estaba a vuestro lado tomándome una cerveza.
Nosotras, estupefactas ¿Cómo es posible que un ejemplar así se nos pasase por alto? Y claro, es posible... Es posible que cuando al monitor de esquí le despojas de su uniforme (gafas y gorra, inclusived) ya no quede ni rastro de "el monitor de esquí", y, entonces, ante tus ojos, se aparezca algo así como el hermano gemelo de El-Dioni-yo-robé-un-camión-blindado... Por eso, os digo: si te enamoras de un uniforme, nunca, pero nunca jamás, dejes que se coja el día libre.