6 de octubre de 2010

¿A ti no te pasa?

Me he dado cuenta de un hecho curioso y lo quiero compartir con vosotros a ver si os sucede lo mismo, ya que a veces determinadas cosas que me pasan y las veo como extrañas, luego me digo: Pues a ver si no son tan extrañas y resulta que le pasa a más gente. Estaba yo pensando, en relación a esto, que me he dado cuenta que lo que más me gusta de hacer deporte creo que es algo que poco tiene que ver con el deporte y su práctica, propiamente dichos. A mí, lo que más me gusta es ir a comprar toda la equipación para mi nuevo deporte. Encuentro que ese es uno de los mejores entretenimientos con el que pasar una aburrida mañana de sábado, sobre todo cuando eliges como escenario del delito una gran superficie de esas repleta de los más variopintos complementos para todas las disciplinas. Claro que también pienso que para entrar en una tienda de éstas deberían exigir un Certificado Psicológico para la tenencia y el uso de tarjetas de crédito. En ocasiones, este hecho puede resultar más peligroso que pasear por la calle con un bulldog. Pero como imagino que nadie aún se ha sometido a ningún examen de este tipo ¡el peligro está servido!

Recuerdo un día, una aburrida mañana de esas que os digo, en el que de repente, como por arte de magia, aparecí frente al espejo de un probador vestida de Athina Onassis y, lo que es peor, mientras me ajustaba las botas, no paraba mi cabeza de darle a vueltas al espinoso tema de dónde iba a guardar el caballo… ¡Es así! Vas andando por la tienda, azorada buscando un gorrito para la piscina, que es a lo que habías ido, e, inesperadamente, te topas con un pasillo en el que lees Golf , y te dices: ¿Golf? Y ¿por qué no? Si Decathlon le dedica un pasillo al golf será porque se trata de un deporte muy popular ¡Tendré que probarlo! Además, ahora que pienso, si tengo un campo muy cerquita de casa... Que lo que no me explico es cómo he podido estar toda mi vida sin jugar al golf. Y ¡Hala! ¡Palos que te crió!
Imaginad hasta dónde he llegado… Neopreno para windsurf, otro para buceo (que parece igual pero no es lo mismo), palas de squash, palas de pádel, palas de la playa, botas de trekking, botas de ski, botas de apres ski, zapatillas de running, mono de triatlón (que ahí me pasé, lo reconozco) y no sigo porque mi cartera se marea.

Aunque me he dado cuenta del problema y siempre me prometo no ser reincidente, me cuesta ¡me cuesta mucho! El otro día, sin ir más lejos, me vi inmóvil, pétrea frente al pasillo de fitness y pensé: Mi cocina… Y ¿para qué quiero yo una cocina si siempre como fuera? Una cinta para correr, un press banca, plataforma vibratoria, mancuernas… ¿Quién ha dicho que no puedo montarme un gimnasio en casa?.


1 comentario:

  1. ¿Que si me pasa? Vamos parece que la que estoy hablando soy yo... Mi última adquisición es un bañador a juego, a jugo con el gorro y a juego con las gafas... Siempre a conjun... Faltaría más. Jejejejejeje...

    INFODONA

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